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Apego Materno Post Parto


El apego materno postparto
por Claudia Polina de García, Educadora Perinatal Lamaze y Consultora de Lactancia Certificada

El apego materno postparto es el contacto físico entre el recién nacido y la madre inmediatamente después del nacimiento; a pesar de que hoy en día se ha perdido esta costumbre debido a las prácticas de rutina hospitalaria, las madres la están pidiendo con mucho entusiasmo nuevamente. Tocar, abrazar y en muchos casos hasta alimentar al bebé por primera vez justo después del parto es una elección que la madre debería tener por derecho y que todo hospital deberiá garantizar.  Una madre bien informada tiene las herramientas para elegir un médico que ofrezca y respete el deseo de no separarse de su bebé; sólo así se podrá revivir esta costumbre ancestral. 

La mamá que desee experimentar el apego materno postparto deberá solicitar con anticipación a su médico que no se le administren los sedantes que por rutina reciben las madres después de un parto.  Vivir la técnica del apego se convierte en el mejor comienzo para la vida de un bebé que nace asustado por no entender lo que pasa, y la cantidad de medicamentos que lleguen al bebé durante el parto, como la anestesia, puede influir en el tiempo que le tome para encontrar el pecho materno por primera vez; entre menos medicamentos se administren a la madre durante el parto mejor será la respuesta, el deseo y la colaboración del recién nacido y de la madre durante este evento.

Debido a que las hormonas del “enamoramiento”, como la oxitocina, se encuentran tan elevadas incluso varias horas después del parto tanto en la madre como en el bebé, éste es el mejor momento para que ambos se encuentren por primera vez; si el padre está presente, también se beneficia.  Las hormonas que están presentes en esos momentos ademas de la oxitocina o llamada también hormona del amor; son las endorfinas, hormonas del placer y la trascendencia; epinefrina y norepinefrina, hormonas de la excitación; y prolactina, hormona de la maternidad.  Estos sistemas hormonales son comunes en todos los mamíferos y se originan en nuestro cerebro medio o mamífero, también conocido como sistema límbico.  El aumento en los niveles de oxitocina puede estimular tanto el apego entre la madre y su bebé, como las contracciones del músculo uterino para evitar hemorragias. 

Gracias a las investigaciones que promueven el parto humanizado muchas prácticas de rutina hospitalaria se están erradicando, una de ellas es el lavado gástrico; procedimiento invasivo y doloroso para el bebé que, además de estresar al recién nacido, es innecesario.  Por otro lado, la madre puede conservar la temperatura corporal de su bebé con el mismo éxito que los más sofisticados aparatos de calor que la tecnología actual ha diseñado para este propósito.  Cuando el bebé es puesto sobre el abdomen de su madre, el contacto piel con piel tiene efectos calmantes y de confort para el recién nacido; se ha comprobado que el ritmo cardiaco y la temperatura del bebé se regulan casi de inmediato al encontrarse con su madre.  Uno de los factores que influyen es que la temperatura del cuerpo de la madre aumenta protegiendo así al bebé del frío; este comportamiento suple a la rutina hospitalaria de la incubadora, procedimiento que dura de 2 a 6 horas o el tiempo que tarde el bebé en calentarse en dicho aparato, donde se encontrará aislado y alejado de su madre. Otro factor que favorece la práctica del apego es que cuando el bebé se encuentra con el amor y el cálido abrazo de su madre, las hormonas del estrés presentes en el postparto disminuyen, lo que le ayuda a respirar mejor y a encontrar el seno materno.

Estos hallazgos sugieren que la atención que se presta a la madre y al bebé durante el periodo perinatal debe ser revisada a fondo.  A todos los padres de niños sanos se les debe de ofrecer contacto temprano con su bebé y la oportunidad de conocerlo antes de limpiarlo, aplicarle vitamina K y gotas oftálmicas.  Además de la lactancia materna exclusiva se debe promover el alojamiento conjunto para todas las madres durante su corto periodo de estancia en el hospital y así favorecer la lactancia del calostro.  Por otro lado, es necesario incluir al padre en el trabajo de parto y postparto, pues el apoyo continuo está asociado con una mejor recuperación obstétrica.

Es sumamente importante escoger muy bien al pediatra que estará a cargo de tu bebé, la elección debe ser libre y no estar influenciada por el ginecólogo.  Antes del parto visita a varios pediatras para conocer su experiencia, solicitarle apoyo con la lactancia y saber si cuenta con la capacitación para realizar adecuadamente la técnica del apego materno durante el parto, o si fuese el caso hasta después de una cesárea necesaria; aunque el ginecólogo no es quien realiza el apego es conveniente compartirle tu deseo de hacerlo, ya que este proceso es una práctica desconocida para muchos profesionales de la salud.

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